
El oído externo está formado por el oído o aurícula y el canal auditivo que va desde el oído hasta el tímpano. La otitis externa es una infección del canal auditivo externo causada por varios tipos de bacterias u hongos. La infección puede afectar todo el conducto o solo un área pequeña.
Cuando hay demasiada humedad en el oído, la piel que recubre el interior del canal auditivo puede irritarse y dañarse, lo que facilita las infecciones. El uso de tapones para los oídos o audífonos aumenta la posibilidad de padecer otitis externa, sobre todo si no se limpian adecuadamente.
Sucede más en verano porque es más común bañarse en el mar o en la piscina (por eso también se le conoce como otitis u oído de nadador), pero también el exceso de cera o cualquier cosa que dañe la piel del conducto auditivo (tener demasiada piel seca, eccema, rascarse o frotarse con fuerza,…) puede provocar una infección.
Los síntomas son:
- Sensación de taponamiento de los oídos por inflamación.
- Audición disminuida o amortiguada
- Dolor
- Sensación de comezón o humedad en el oído.
- Supuración en algunos casos.
Además, a menudo se produce dolor si se tira de la oreja o si se presiona el pliegue frente al canal auditivo.
Debe consultar a un médico si experimenta dolor, si hay secreción en el oído o si la sensación de bloqueo o pérdida auditiva dura más de 2 o 3 días.
El tratamiento habitual es a través de colirios antibióticos con o sin corticoides para tratar la inflamación. Si el dolor es muy intenso, es posible que deba tomar un analgésico oral.
Para prevenir la otitis, debe secarse muy bien y con mucho cuidado los oídos después de las inmersiones de verano, también debe ser suave y cuidadoso con la higiene de sus oídos.
Ahora en verano, ¿sueles sufrir otitis?
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